LA IMAGEN DE GUY FAWKES: REVOLUCIÓN Y DESOBEDIENCIA SOCIAL

 



Desde tiempos inmemoriales la máscara es una parte importante en la vida de las sociedades. Es convertirse en otra cosa, animal o persona, ocultar lo que se es realmente, trastocar. Es un lugar liminal, un tránsito, en donde se oculta el rostro, esa parte del cuerpo que transmite emociones y sentimientos, que permite la empatía y que nos diferencia e individualiza. Una misma imagen convertida en máscara y utilizada en varias personas de un mismo grupo convierte a los seres en anónimos, invisibles, sin una identidad particular, lo que permite una despersonalización y, por tanto, una desinhibición, puesto que baja las murallas de los límites éticos y morales, permitiendo a las personas que están bajo la máscara, adoptar otra identidad, para así ser capaces de hacer cosas que no harían sin la influencia de la máscara. Entendemos la noción de la máscara como un dispositivo de poder que manifiesta una agencia propia y que se transmite a quien la porta.

Este pequeño ensayo intenta hacer el recorrido de una máscara particular. La que está inspirada en el personaje histórico Guy Fawkes, que tras, el éxito de la historieta V de Vendetta y su adaptación cinematográfica se ha convertido en un referente de la desobediencia social y antisistémica, sin importar si se trata de gobiernos de derecha o de izquierda, o bien de instituciones millonarias o grupos religiosos: su enojo es transversal.

V de Vendetta es una novela gráfica distópica escrita por Alan Moore y dibujada por David Lloyd en 1982 y publicada originalmente por entregas en Warrior. Se trata de la historia de un anarquista que se oculta tras una máscara. La historia está situada en un futuro cercano en Inglaterra, bajo un gobierno dictatorial post atómico. Extrapolación del mandato de Margaret Thatcher. En la historia Las personas están hipnotizadas por la publicidad y la televisión en una especie de trance del que no pueden salir, subyugadas, atomizadas por el poder.

V, el protagonista, del que nunca conocemos claramente su identidad, lucha contra este sistema zombificador que mantiene a las personas imbuidas en la realidad opresora de un sistema fascista. Para ocultarse, V, ocupa una máscara con la cara de Guy Fawkes, quien fuera un católico que en 1605 intenta hacer estallar la Cámara de los Lores en Londres y con ello también derrocar al rey protestante James Primero. El atentado es conocido como el “Complot de la Pólvora” y Guy Fawkes era uno de los trece conspiradores que habían planificado hacer estallar el parlamento. Gracias a un delator es detenido y llevado a la horca el 5 de noviembre de 1606, fecha en que anualmente se recuerda su fallida acción en una fiesta donde se quema su imagen.

La historieta de Moore y Lloyd pasó desapercibida hasta que, en 1988, la editorial norteamericana DC Cómics del grupo Warner Brothers la publica obteniendo la relevancia que hizo posible su éxito mundial. La máscara que el dibujante David Lloyd diseña para V de Vendetta es perturbadora, pues toma los rasgos clásicos del imaginario del personaje del siglo XVII, el gorro, la cara blanca de talco, las mejillas rosadas de manera artificial, el bigote, mezclándolo con una gran sonrisa burlona. A pesar de que V de Vendetta no es una novela gráfica histórica, proviene y va hacia acontecimientos que efectivamente han ocurrido. Es una imagen icónica de la que se puede extraer mucha información histórica. Así mismo, es importante poner atención a estos relatos que podrían considerarse menores, pues son elementos de la cultura pop que generan relatos populares que son consumidos transversalmente por las infancias, juventudes y personas adultas.

            Así, mismo, en 2003, un grupo de hackers ocupa esta máscara, para dar nacimiento a Anonymous, quienes primero se reúnen para hacer bromas a través de internet, pero que a partir de 2008 comienzan a manifestarse abiertamente por causas como la libertad de expresión y más tarde en protestas hacia corporaciones y multinacionales. Su trabajo se ha centrado también en lo relativo a la manipulación de la publicidad y de internet convirtiéndose en elusivos revolucionarios cibernéticos o ciberactivistas.

En 2017 una serie española llamada La casa de papel toma nuevamente la idea de la máscara como dispositivo de homologación y neutralización de la identidad. Esta vez se trata de una máscara blanca inspirada en Salvador Dalí. La historia versa sobre un “profesor” que desde hace mucho planea un millonario asalto a un banco y llama a un grupo de personas cuyo uniforme será un overol rojo y la máscara. Así mismo, luego del gran éxito mundial que tuvo la serie, se lanzó La casa de papel Corea, que utiliza como inspiración la máscara de Hahoe de una danza coreana proveniente del siglo XII. El personaje de esa danza elegido es Yangban, un adinerado aristócrata. A diferencia de las máscaras anteriores, estas coreanas, pueden cambiar de sonriente a enfadado, lo que le da un aire cómico, pero perturbador.

Todas las máscaras anteriormente señaladas son de color blanco, como si fuesen un maquillaje y, algunas de ellas han sido resignificadas y capturadas por diversos grupos antisistema que se han levantado por distintas causas en muchas partes del mundo. En Chile también ha sido una imagen recurrente en las marchas ocurridas de manera acéfala y anárquica en la revuelta de 2019. Pero no solo estos personajes rondan las protestas del descontento mundial, otro importante personaje surgido también desde una historieta: El Joker. Reconocido por sus constantes apariciones en filmes y series animadas y que también contó en 2019 con una popular película homónima. Este personaje, aparecido originalmente en la historieta de Batman ha venido circulando ya desde mediados del siglo XX. Su máscara es particular. Se trata de un maquillaje que emula a un payaso delirante que usa el blanco, el verde y el rojo. Es un asesino psicótico e impredecible.

Los superhéroes enmascarados de las historietas han habitado siempre esta dualidad: personajes que tienen que hacer justicia de forma anónima y por tanto van cubiertos con trajes especiales y máscaras que les permiten por un lado generar una imagen de poder sobrenatural (fuerza, elasticidad, terror) y de otro lado, la construcción de una vida ciudadana común y corriente.

Podemos asegurar entonces que la máscara y el enmascarado son un lenguaje que en cada uno de los casos aquí entrevistos ha enfrentado el poder y el control desde el anonimato que juega con las dicotomías visible/invisible y con la fascinación de la rebeldía sin rostro.


 

 

Referencias

Fisher, M. (2016). Lo raro y lo espeluznante. Barcelona: Alpha Decay.

Freitas, J., & Moreira, C. (2018). The V Mask in Translation: From Comercial to Subversive Systems. International Journal of Comic Art, 464 - 477.

Groensteen, T. (2021). Sistema de la historieta. Santiago de Chile: Nauta Ediciones.

Jacobsen, U. (2001). Una guía introductoria al lenguaje de la historieta. Santiago: Ojo de buey.

Moix, T. (2007). Historia social del cómic. Barcelona: Bruguera.

Moore, A., & Lloyd, D. (2020). V de Vendetta. Madrid: ECC.

Morris, B. (2020). Sexual difference, abjection and liminal spaces. A Psychianalytic Approach yo the Abhorrence of the Feminine. New York: Routledge.

Roberts, L. (2018). Spacial Antropologhy. Excursions in Liminal Spaces. Londres: Rowman & Littlefield International.

Rocha, S. (2019). Algunas cosas oscuras y peligrosas. El libro de la máscara y los enmascarados. Salamanca: La Felguera.
























 

 


 

 



 

 

 

 


 


 


 

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